HISTORIA LOCAL, PATRIMONIO y SISTEMA EDUCATIVO

Marcelo Javier Neira Navarro
Encargado de Cultura
Municipalidad de San Juan de la Costa

La historia local, el patrimonio, incluso la identidad, se debaten entre la GLOBALIZACIÓN / MUNDIALIZACIÓN y la LOCALIZACIÓN, considerando que desde el siglo XV se viene desarrollando lo que hoy se llama Moderno Sistema Mundial (Braudel; Wallerstein). Este enfoque teórico, advierte acerca de las relaciones de poder asimétricas en la sociedad humana. Desde el punto de vista económico se caracteriza por el dominio del capitalismo; desde el punto de vista político, por el dominio del Estado nación; desde el punto de vista social por el dominio de pequeñas elites sobre amplias masas de población, en algunos casos proletarizada, cuando no pauperizada, endeudadas, en fin, marginalizadas y/o negadas. Y desde el punto de vista cultura, se observa igualmente, la imposición de la cultura dominante en desmedro de manifestaciones de pequeños o más débiles grupos humanos.

1.- Globalización/Mundialización

Con la expansión geográfica del Moderno Sistema Mundial por todo el globo, se han ido incorporando progresivamente territorios de la periferia hasta hoy. Consecuentemente, pequeñas localidades han sido absorbidas por las Historias Universales y Nacionales, en una especie de “efecto centrípeto” a falta de un concepto mejor. Este es un proceso que se expande desde unos centros más desarrollados en todos los sentidos, hacia una periferia precaria, también en todos los sentidos.

Históricamente, el Centro ha procurado explotar económicamente estas periferias, dominarlas políticamente y al mismo tiempo marginalizarlas socialmente y, sobre todo, hegemonizarlas desde el punto de vista cultural. De este modo, las pequeñas, insignificantes y marginales historias, patrimonios e identidades locales son “subalternizadas”, por lo que finalmente tienden a desaparecer.

2.- Localización

Lo local, por su parte, comprende fenómenos que se desarrollan en el margen del sistema o fuera de el. Por ejemplo, donde la influencia del capitalismo con el lucro o la explotación de los hombres es menos intensa; o donde la influencia del Estado nacional o del sistema interestatal es menos evidente.

Estos fenómenos de localización, en cualquier caso, responden a un sentido inverso al anterior de globalización-mundialización. Esto es, hay fenómenos que van desde las localidades, desde emplazamientos de menor, escasa o mínima influencia hacia los centros más influyentes.

Se trata —de nuevo a falta de un concepto mejor— de un efecto “centrífugo”. Es decir, hay flujos desde, precisamente las periféricas, en favor de las localidades lógicamente de mayor envergadura. Y de nuevo también, se pueden observar fenómenos económicos como el flujo de recursos naturales o insumos. Por su parte, entre los fenómenos políticos más destacados, por ejemplo, en el marco de influencia de los Estados nación, se pueden mencionar el clamor por descentralización, regionalización, desconcentración, liberación de impuestos, participación, entre otros. En cambio, desde el punto de vista social, se pueden mencionar la migración campo ciudad desde mediados del siglo XIX y desde hace 2 o 3 décadas del siglo XXI, se observa un flujo migratorio inverso. Finalmente, desde el punto de vista cultural, sobresalen la reconstrucción de historias locales, rescate y puesta en valor de patrimonios culturales, pero también paisajísticos, de biodiversidad, entre los más significativos.

Es necesario subrayar que entre los fenómenos de mundialización y los de la localidad, han transcurrido más o menos 500 años. Y en medio de esta verdadera tensión, de esta verdadera dialéctica, algunos fenómenos culturales han podido sobrevivir, usando estrategias de resistencia radical, hasta resistencia intuitiva o no planificada.

Esto último ocurre especialmente con los pueblos originarios, pero a partir de fines del siglo XX y todo lo que lleva corrido del XXI, las historias locales, el patrimonio se han fortalecido de manera categórica, ganando espacios que antes no tenían. En cualquier caso, actualmente, cada vez hay mas personas y grupos que vuelcan su mirada hacia su entorno inmediato, intentando comprenderlo, para actuar eficaz y eficientemente. Poniendo en valor la historia local, rescatando lo ancestral y lo patrimonial. A fin de cuentas, han ganado en identidad. Aquí está la verdaddera importancia de recuperar, de poner en valor la Historia local y el Patrimonio. El mérito ha sido el de un sistema de educación principalmente informal. Mantenido por los propios individuos y comunidades a través de la oralidad y lo familiar. Pero también debido a la acción de la educación formal. Que, aunque ofrece muy pocas posibilidades, igualmente ha logrado que un grupo de personas cada vez más numeroso logre valorar su entorno.

En Chile, en general, la asignatura de Historia, Geografía y Ciencias Sociales desarrolla escasamente el tema de la historia local, el patrimonio y por tanto, de la identidad. Sin embargo, el estudio de todas ellas presenta varias ventajas: a.- Sirve como medio de enseñanza para acercar a los estudiantes al objeto de estudio; b.- produce una mayor vinculación con el entorno y aporta posibilidades para el aprendizaje del estudiante; c.- también permite que el profesor pueda disponer de temas y problemas del entorno; d.- además, da la posibilidad de que el mismo estudiante pueda comprender de mejor manera su realidad y gane en identidad, desarrollando finalmente un sentido de pertenencia.

En suma, todo lo anterior permite que la historia local como el patrimonio se constituyan en un medio y al mismo tiempo porten un contenido de aprendizaje que impactan sobre la identidad.

No obstante, a pesar de la enorme importancia que todos estos fenómenos tienen para individuos y grupos humanos, el sistema educacional no ha logrado instalarlo como una necesidad imperativa.

Y donde el sistema de educación no ha dado “el ancho de manga”, la cultura se ha vuelto precaria y repercute sobre la sociedad misma. A nivel continental, por ejemplo, la necesidad imperativa de la identidad posee manifestaciones, por ejemplo, en la muy reciente guerra de Rusia contra Ucrania. Ambos descendientes de eslavos. En este caso, la identidad sobre aspectos raciales y principalmente culturales quedan minimizados frente a los efectos de la identidad puramente política y por tanto ficticia impuesta por la idea de Estado nación. Y si a todo ello, se agregan ciertos liderazgos políticos como el de Putin, se puede explicar en parte el conflicto fraticida.

Y, a nivel de Estado nacional chileno, el “movimiento social” que recientemente se manifestó a lo largo del territorio, contine no solo una crítica económica, también política y social; pero, sobre todo, también porta una crítica cultural, cuando la generalidad de sus participantes no se siente identificado con ideas patrimoniales instaladas hace casi 200 años. Y aunque en principio se trata estatuas y de ciertos héroes, todo esto se traduce igualmente en profundas discrepancias con la “historia oficial”.

Finalmente, ¿qué queda para el nivel local? En la comuna de San Juan de la Costa, a modo de ejemplo, tanto individuos como grupos más o menos organizados deben comenzar a luchar por recuperar el legado ancestral de sus antepasados. Al menos, deben recuperar el sistema educativo, no de espaldas a la globalización-mundialización, pero si, poniendo énfasis en la cultura williche.