Crisis de descomposición social en Estados Unidos

Marcelo Javier Neira

El orden mundial actual deja como evidencia la declinación del ciclo Hegemónico de Estados Unidos. A propósito, cito textualmente un fragmento de mi articulo “CRISIS ECONÓMICA, PROCESO Y COYUNTURA HISTÓRICA”, publicado el año 2009 (Neira Navarro, M. Crisis económica, proceso y coyuntura histórica. Espacio Regional. Revista De Estudios Sociales, 2(6), 133-141. Recuperado a partir de https://revistaespacioregional.ulagos.cl/index.php/espacioregional/article/view/2967).

El ciclo económico Kondratieff, K-IV fase B, sitúa correctamente la actual crisis entre 2008-10. Crisis que emerge en el centro del sistema. En consecuencia, afecta principalmente a Estados Unidos. Pero ¿cuál es la profundidad de la crisis económica? y ¿cuáles son sus efectos en relación con el resto del sistema mundial? Y todavía, ¿cómo este fenómeno afecta a Estados Unidos, el centro del sistema económico actual? o mejor, ¿se trata de una crisis estructural o coyuntural? y ¿cuáles han sido algunas de las estrategias para negarla o evitarla? La actual crisis comenzó a ser reconocida de “manera oficial” recién el año 2008. Y según informó la prensa, sería de coyuntura. Alan Greenspan, el impopular y renunciado secretario de la Reserva Federal norteamericana, después de haber dejado su cargo luego de 18 años, comenzó a realizar una serie de llamativas declaraciones. Junto con la caída bursátil de Shangai, anunció la posibilidad que Estados Unidos pudiera entrar en recesión (Portal WEBISLAM, http://www.webislam.com, 29 de octubre de 2008). Y a fines de 2008, subrayó que “…the banking and housing chaos a ́once-in-a-century credit tsunami ́…” (Portal MSNBC, http://www.msnbc.com, 27 de noviembre de 2008). Haciendo gala de un poder “pitoniso”, que en todo caso nunca le sirvió para anunciar el descalabro de Estados Unidos, Greenspan debió reconocer finalmente que el sector de la banca y la construcción entran en caos una vez cada siglo debido a un tsunami crediticio. Todavía más. Casi simultáneamente, entre el 6 y 7 de noviembre del 2008, toda la prensa mundial se encargó de propagar que el Fondo Monetario Internacional habría anunciado que el año 2009 se habría entrado en el shock económico más grave (www.fmi.org) desde 1945. Respecto de la misma, sin embargo, lo más interesante es que se podría constituir en un síntoma de un proceso mayor y más complejo: un nuevo re-centramiento del sistema económico mundial. De hecho, desde fines de la década de 1980, el historiador inglés Paul Kennedy, plantea el desgaste de Estados Unidos y que el centro se estaría desplazando no a una nación, sino a bloques de Estados (Paul Kennedy, Auge y caída de las grandes potencias (New York, USA: Randon House, 1987). Las economías asiáticas bien podrían servir de ejemplo; ni hablar de China. No obstante, una variante de esta hipótesis la sostiene Immanuel Wallerstein quien, más que proclamar el desplazamiento del centro del sistema-mundo a otro, plantea en fin, que desde hace unos años y hasta aproximadamente 2025/50, el sistema capitalista debería mutar a otra realidad distinta, a un sistema mundo diferente (Cfr., Immanuel Wallerstein, “Ecología y costes de producción capitalistas: no hay salida”, en: http://www.inisoc.org/ecologia.htm, Revista electrónica Iniciativa Socialista n.º 50, otoño, 1998). Aunque el gobierno norteamericano no tiene por qué informar, debiera estar tratando de evitar este desplazamiento. Para ello hay muchas estrategias. En este estado de cosas, no sería completamente erróneo pensar que quisieran materializar de verdad un bloque económico con Canadá y México. Más allá del acuerdo NAFTA, deberían incluso crear una nueva moneda. La intervención de la Banca y de importantes sectores de la economía ya son “pan de cada día”. Pero el síntoma más elocuente del descentramiento del sistema mundial, debiera ser la retirada norteamericana progresiva de todas las misiones punitivas alojadas en distintas partes del planeta. Y la sociedad norteamericana incluso tendría que contraerse. En ente proceso de volverse hacia adentro, incluso debían enfrentar un fenómeno que probablemente será llamado la “crisis de descomposición social”.