La oralidad ha sabido transmitir al presente una gran cantidad de leyendas, las que naturalmente constituyen un patrimonio de la cultura inmaterial que debe ser puesta en valor para las nuevas generaciones. Por ejemplo, Hardy Ojeda Villarroel, en su libro, “Epew williche Kümun. Relatos del saber Williche” (Ediciones Kultrún, Osorno, 2005), viviendo muchos años como profesor de Enseñanza General Básica en San Juan de la Costa, realizó una recopilación de leyendas con los niños de las Escuelas Pichilafkenmapu (años 1992 a 1997) y Puninque (años 1998 a 2005).
Los pequeños estudiantes, realizaron un trabajo de recopilación en sus familias o comunidad; aunque en algunos casos, también pudieron dar libertad a su pensamiento divergente y creatividad literaria para escribir algunos relatos inspirados precisamente en la cosmovisión de su cultura ancestral.
A los relatos recopilados y creados, se agregan algunos entregados por la propia abuela del autor y “fuchas” del sector de Rupanco. Y fueron registrados entre los años 1966 al 1970, según Hardy Ojeda, “durante mi etapa de pichikelo en aquella localidad”.
Las leyendas son las siguientes: Neita y la trauca; El piuchén del río Liucura; La olla misteriosa; El encantamiento de la weche malgen huilliche; Amokán; El tesoro embrujado; Don Chindo y el Diablo; Encuentro con el Diablo; Carrera con el Diablo; La furia de Kuri Trukur; El jinete de la noche; Los cueros del agua; La niña del río; El campesino virtuoso; El cuerpo sin alma; La ciudad de las almas en pena; Las huellas en las tres piedras; La bruja de la mawidam; El lago bonito, La laguna bonita; Las tres Marías del lago Rupanco; La piedra que llora; La piedra de Ngutruntué; El Huachi; El Llafkenantü; El copihue blanco; El valle encantado; Ailyn y la cascada; El Morro de Julio; La epopeya de la bahía Pichi Lafken; La ñaña que sembraba con la luna; El alerce soñado; Ecos del estero Chacay; El sueño del Pellín y el Laurel; La roca del canillo; La morada del Abuelito Huentiao; La roca del Shene Winka; La ciudad en la montaña de los Dioses; Los bueyes encantados de Punikahuin; La laguna del toro; El toro de la desembocadura del Río Choroy Traiguén; El toro encantado de Loma la Piedra; El toro encantado de Purrehuín; Los wawales de Purapawe; El caballo fantasma de Pukintrín; El trepiu; La isla de los cuervos; El ciervo y el zorro; Mi laku y el león; El aguilucho y el cóndor; El gato de las siete vidas; El caballo y el diucón; La liebre de la buena suerte; El perro y la pichi malgen; El puma del poncho; La carrera del zorro y el sapo; El equipo de fútbol de los animales; El traro y el zorro; El corderito y los duendes y Las siete mulas.