Marcelo Javier Neira Navarro
En 2004, Celio Turino, mientras fuera Secretario de Ciudadanía Cultural del Ministerio de Cultura de Brasil del Gobierno de Lula Da Silva, impulsó los Puntos de Cultura. Luego, en 2008, el tema se incorporó al Foro Social Mundial desarrollado en Belem, Brasil, precisamente considerando las ideas de Turino. De allí en adelante, la idea se ha extendido por toda América Latina.
De acuerdo al programa de gobierno del Presidente Boric,
“Nuestro énfasis está en definir la cultura como pilar fundamental de la vida y el desarrollo humano. Esta definición debe asegurar el acceso y participación activa de las personas a lo largo del país, con diversidad e interculturalidad, y guiar nuestro actuar según el reconocimiento del carácter plurinacional de Chile que esperamos se plasme en la nueva constitución”.
(Propuestas para un nuevo Chile. Cambios para vivir mejor, https://boricpresidente.cl/propuestas/cultura/ )
La propuesta cultural del programa se sostiene en cuatro pilares. Entre ellos, destacan precisamente los “Puntos de Cultura”. De acuerdo al propio programa, se entienden como el,
“Desarrollo de programas de cultura comunitaria innovadores…en los que colectivos artísticos, sitios de memoria, comunidades, clubes deportivos, festivales artísticos y culturales, se articulan en pos de una identidad común”.
(Id.)
Si bien Puntos de cultura posee una indiscutible raigambre estatal y se sostiene como una política pública cultural, igualmente se ve sostenida e impulsada por medio del protagonismo y movilización de la sociedad civil.
Puntos de cultura también conocida como “cultura viva comunitaria”, es un espacio en donde los derechos culturales se ejercen por medio de la acción diversa de la infinidad de grupos existentes.
En el marco del Ciclo internacional de conversaciones “PUNTOS DE CULTURA EN AMÉRICA LATINA. Aprender para crear”, a continuación se presentan en torno a los Casos de Perú, Argentina y México: