LEGITIMACIÓN DEL CONSUMO ILEGAL DE DROGAS

Marcelo Javier Neira Navarro,
Prof. de Historia, Mg. en Historia, Dr. © en Historia
Vicepresidente, Fundación Emilio Held Winkler
Vicepresidente de Centro para el Progreso de la Provincia de Osorno

“…pepa y agua pa´la seca to´el mundo empastilla´ en la discoteca…”, es parte de la letra de una canción del puertorriqueño Farruko, denominada precisamente “Pepas”.  Con ritmo.  Pegajosa.  Interesante.  Especialmente a los jóvenes.  Pero la de Farruko es una apología al consumo de alcohol y drogas.  Los riesgos especialmente para los más jóvenes son evidentes. Y los excesos van desde la potencial dependencia, intoxicación, hasta llegar al límite entre la vida y la muerte. Aparte de la criminalidad inherente al tráfico mismo.

            ¿Aumento del consumo descontrolado? Retrocedo al año 2016, porque considero que en pleno 2023 las estrategias sobre el control de drogas no han variado sustantivamente. Como ejemplo destaco la reunión de la Organización de las Naciones Unidas sostenida en México el 23 de abril de 2016, realizada a petición del gobierno del mexicano Enrique Peña Nieto (2012 2018) que, de paso, estuvo salpicado de una serie de escándalos y denuncias por corrupción.

            8 de las 10 propuestas emanadas del referido encuentro se pueden resumir en represión policial, militar; cierre de espacios de operación financiera y delitos asociados; mayor coordinación entre organismos y agencias; prevención integral de la violencia, de la exclusión y del debilitamiento del tejido social.  También se pidió la modificación del enfoque eminentemente sancionador por uno de salud pública y también se hizo un llamado a que la sociedad civil se haga responsable y haga frente a la delincuencia organizada. Y todavía, el punto N° 9, señaló, “Se deben sumar esfuerzos internacionales, para prevenir el consumo de drogas, mediante una campaña orientada a niños y jóvenes, a nivel global. Proteger a los miembros más vulnerables de las sociedades, garantizando que conozcan los efectos nocivos asociados al consumo de estupefacientes y psicotrópicos” (10 propuestas sobre el problema mundial de las drogas).

            Pura chingadas y palabrerías, dirían los propios mexicanos.  Interroguémonos acerca de la enorme influencia que pueden ejercer ciertas prácticas culturales que promueven y hacen apología a la violencia y consumo de drogas.  Los “narcos corridos” y “narcos regguetones” circulan sin ninguna restricción por radios, canales de TV abiertos o por cable, incluidas multiplataformas de internet.  Resulta un escándalo que la cultura de la violencia y droga estén completamente instaladas en medios de comunicación y todavía sirvan de vías de legitimación.  Y peor, es intolerable que sobre ellas no haya ningún tipo de sanción social, ¿por qué? ¿Qué responsabilidad tienen los directivos de esos medios?

            Lo que pasa es que la poesía y la música son vehiculadores de valores.  Pero también de antivalores. El caso es parecido al de Alejandro Fernández, a propósito de mexicanos, que durante el Festival de la canción de Viña del Mar 2023 que con la ayuda del público cantó:

           “Amigo voy a darte un buen consejo/Si quieres disfrutar de sus placeres/Consigue una pistola si es que quieres/Y vuélvete asesino de mujeres/Mátalas, con una sobredosis de ternura” (Alejandro Fernandez, Mátalas, https://www.youtube.com/watch?v=rPY-Y3deP38). Pero, en materia cultural, las canciones como legitimadoras de los excesos del machismo o aquellas referidas al consumo ilegal de drogas no son los únicos instrumentos.  En verdad, hay un muy amplio rango de posibilidades.  Destaca el consumo de altos directivos en las empresas públicas y privadas y entonces el consumo por copia hacia abajo.  El sistema universitario debe ser materia de especial preocupación.  Por aquí y por allá, a lo largo y ancho de la estructura institucional se consume droga como una práctica habitual.  Consumen las más altas autoridades, los mandos medios, investigadores y docentes y, por cierto, estudiantes.  Recientemente, en la Universidad de Massachusetts, en una noche hubo  28 emergencias médicas por intoxicación de una mezcla de alcohol, electrolitos, saborizante y agua, apodada “blackout rage gallons” (“galones para perder el conocimiento”) o “BORGs” (Portal Emol.com,  https://www.emol.com/noticias/Tendencias/2023/03/06/1088463/numerosas-intoxicaciones-reto-viral-alcoholizarse.html).  En Chile, no hemos llegado a tales niveles de escándalos, pero que se consume, se consume.  A nivel nacional y localmente, sería importante que las autoridades de todo tipo, especialmente las universitarias y de todo el sistema educacional pudieran demostrar anualmente que no consumen drogas.

Publicado originalmente en el diario El Llanquihue, Lunes 13 de marzo de 2023, p. 9.